Thursday, July 22, 2021

De opio en principio




















Mi colega y amiga Angela Frawley puso en mi conocimiento la existencia de este libro,  El imperio del dolor de Patrick Radden Keefe, después de que hubiera leído y disfrutado Say Nothing, del mismo autor, publicado en castellano y catalán con los títulos respectivos No digas nada y No diguis res (respectivamente también, editado por Reservoir Books y traducido por Ariel Font Prades, editado por Periscopi y traducido por Ricard Gil (https://periscopi.cat/llibre/antipoda/no-diguis-res).

El imperio del dolor* es un relato retrato demoledor de una dinastía cuya fortuna se construyó gracias a OxyContin, un potente analgésico derivado de la morfina que catalizó la crisis de los opioides en Estados Unidos.

Primero me fui a buscar información y leí el artículo del autor en The New Yorker: https://www.newyorker.com/magazine/2017/10/30/the-family-that-built-an-empire-of-pain. Gran investigación sobre la saga Sackler y Purdue Pharma, las tácticas agresivas de márqueting y ventas, dudosas prácticas corporativas, la avaricia en su lado más perverso: vidas destrozadas por la adicción a los opioides.

Hablé de mi interés en el libro y compartí el artículo en mi página de traductora de Facebook y otro colega, Andreas Theodorou, me recomendó el documental de HBO The crime of the Century. Lo vi recientemente. No sé cómo pude dormir esa noche. Realmente demoledor. El documental va más allá de los Sackler con los últimos años de la epidemia y la aparición de otras empresas farmacéuticas (y los distribuidores, que pasan desapercibidos en los titulares, la administración, incluso la FDA…) que utilizaron prácticas igualmente despreciables, si no más. Citaré a Rosa Martí en esta reseña: https://www.esquire.com/es/actualidad/tv/a36374708/el-crimen-del-siglo-documental-hbo/, que os lo puede explicar mejor que yo:

«Es un documental duro, sin medias tintas, de imágenes impactantes y testimonios desgarradores, un bofetón de realidad e indignación que te remueve las entrañas. Los asesinos no llevan armas, sino batas blancas y trajes bien cortados. Doctores, visitadores médicos, funcionarios corruptos y empresarios sin escrúpulos que administran la muerte con sus rúbricas mientras miran hacia otro lado.»

A mí el testimonio de Alec Burlakoff, uno de los principales jefes de los visitadores médicos (que en este caso me parece un eufemismo indecente) me hace hervir la sangre. Pero es solo una pepita dentro del melón. Solo decir que estas empresas crearon comprimidos de oxicodona o de fentanilo que tenían un potencia muchísimas veces superior (de 50 a 200, según he leído/oído) a la heroína.  

Entonces me fui corriendo (yo siempre corro, aunque luego nunca me cunda) a ver cómo estaba el tema en España. Parece ser que el estricto control de las recetas en el Sistema Nacional de Salud hace que la epidemia de Estados Unidos sea improbable aquí. Otro muy buen motivo para tener un sistema sanitario regulado por el gobierno.

Recordé cuando tomaba tramadol por la hernia discal y recordé que una enfermera que conocí por casualidad me dijo que si no tenía alucinaciones es que tenía dolor de verdad. ¿Me lo dices o me lo cuentas? Aquello no era un dolor cualquiera. Fue incluso la única vez que mi doctora de cabecera me recetó diazepam (el famoso Valium) para dormir, porque necesitaba, al menos, descansar por la noche.

Fue gracias a este sistema y a unos empujocillos en forma de queja formal que le tuve que dar, que me operaron y no me convertí en adicta. Que bastante tengo con la comida.

*Reservoir Books, aún por publicar, supongo que entonces sabremos el nombre del traductor.

 

Friday, July 16, 2021

Le escribí a Vonnegut

Cuando aún no había traducido para ninguna editorial. 

Cuando casi no había vuelto de Estados Unidos.

Miento.

La carta es de 2008 o 2003, ya estaba en Barcelona. Ya habría mandado X cartas a editoriales antes de llegar. En aquel momento para nada. "No te van a hacer caso si no tienes experiencia". La pescadilla. 

Pero yo le escribí esta carta a Vonnegut, que no había muerto aún, en la que le contaba cómo me gustaría traducir sus novelas. Que ya estaban traducidas. 

Que después de su muerte aún se ha traducido, por ejemplo, The Egg, que yo había traducido por mi cuenta y por placer también. Pero las cosas son como son.

Por suerte, ahora ya tengo experiencia en traducción de libros. No tanta como quisiera. 

Pero hoy encontré esta carta y la voy a publicar porque me hace gracia. No está entera, la he vuelto a editar un poco y le he quitado un trozo al final que no estaba acabado. Ni falta que hace. Mr. Vonnegut no necesita saber nada más. 

Copio del Word directamente, dejando la nota inicial, de otra vez que me sumergí entre las carpetas de cosas que tengo pendientes. 

Demasiado pendientes. 

Creado en 2008, modificado en 2003 (?), a ver cómo se come eso.

Dear Mr. Vonnegut,

When I'm reading your books I often remember a sketch by Kids in the Hall, where there is a guy all dressed in blue, with a curly blue hair wig on, and he’s in a TV studio demanding to be cast for a children’s program. The manager asks him:

"And why do you think you should be in a children’s program?

"I think it’s obvious, I look like a blueberry.

"But what are your qualifications and experience?

And so on, till the blue man gets very angry and frustrated and ends up yelling in a shrill voice at the man behind the desk, every time he asks about his qualifications or why he thinks he should be in this program: "Because I look like a *#@%ing blueberry! (censorship beep).

George Constanza in Seinfeld also shows the same kind of determination and lack of respect for formal studies. He wants to be a broadcaster for the Yankies, just because he would really like it, and Jerry discourages him by pointing out to him that those jobs are normally given to people who are journalists.  

I told myself a joke my last year in the US, telling someone: Well, if Seinfeld is over, what am I doing here? Let´s go back to Spain.

And what does this have to do with my reading your books? Well, I often think of yelling at any Spanish publisher, whoever is going to publish one of your books: "I want to translate Kurt Vonnegut´s novel!

"Why do you think we should hire you as a translator?

"’Cause I love Vonnegut´s writings!

"Do you have any experience as a literary translator?

"No, but I´ve read every *#@%ing Vonnegut novel I’ve come across and I feel like I know him!

All of this is much funnier when it comes to my mind and it all happens in one second up there. But It's really not so funny. Even when I like that thoughtless determination of Blueberry Man and George Constanza, I am aware that’s not how things work, and I am a translator. I don’t have much literary translation experience (only a little piece I published in a the translation magazine Two Lines from San Francisco), but my studies focused on literature and it wouldn’t be crazy for me to be a literary translator, if only those jobs were easier to land without any connections.

The first novel of yours I read was Cat´s Cradle, which I read as part of the American Literature course in my English Philology program at the Universidad de Alicante. I loved those years. I didn’t understand much. Imagine, a twenty-something Spanish girl who’s been studying English at college for 3 or 4 years, with practically no contact with real native speakers, much less with American culture. No matter how good you are at English, literature is much more. I also studied Chomsky and his linguistic theories, no idea who else he was. ‘Cause we know much more now.

Then I went for a Master’s degree  (that was the long-term stay I needed, mentioned above, it I was to become a translator) to the University of Rhode Island. Of all places. And one thing leads to another and I end up living in RI for eight years. So I read Cat´s Cradle now and I understand, among other things. 

Other than the political or philosophical ideas I agree with, I also find in your books familiar places and people, or characters, the bitter humor, the pessimistic stance towards life in general. After all, last night I read your birthday is November 11, mine is November 22. We’re both Scorpio (another big deal I could yell at the fictitious publisher).

Fates Worse Than Death is the book I’m reading now and I guess it’s the one that most touches me, especially because there is less fiction. Not that I don’t like fiction, but these days I’m more attuned to social commentary than to, say, novel. Not only do I agree with most of your opinions but I also enjoy the way you present them. Another of your novels I read recently, not sure if it was Hocus Pocus or God Bless You, Mr. Rosewater (I think this is the one) has a plethora of  uncommon and beautiful words that I had never read or heard before. It’s so nice to read them. 

So what else can I say but that I admire you? 


EL DÍA QUE YA NO QUISE SER AUTÓNOMA...

  ...ni casi vivir.  Todo aquello que nunca habías querido leer y que, sin embargo, escribo.  No puedo más con la Agencia Tributaria y el s...