Sunday, September 12, 2021

Lo que dio de sí la lectura de Lionel Shriver: A Perfectly Good Family

Gracias a una charla con mi apreciado colega Daniel Najmías, reparé en la dificultad que supone traducir a esta autora y, al leer una novela suya aún no traducida, no pude dejar de pensar cómo traduciría esto o lo otro. Que, por otra parte, es algo que imagino nos pasa a todos los traductores. Pero especialmente nos pasa cuando nos gusta lo que leemos, cuando pensamos que nos encantaría traducirlo, aunque nos parezca complicado.

En aquella charla comentamos la traducción del título de So Much for That, en aquel momento en proceso de traducción si no recuerdo mal.* Obviamente el título es lo que menos preocupa o piensas cuando traduces porque normalmente es la parte de márqueting de la editorial la que lo decide, aunque te pidan tu opinión, y no pretendo decir que mis ideas sean ganadoras. Pero me parece un buen ejemplo de la dificultad de traducir ciertas expresiones y, en este caso, de cómo la expresión “perfectly good” puede traducirse en las distintas ocasiones en las que se utiliza en la novela.

Obviamente, Shriver no es una autora fácil. Tampoco sé si este libro específicamente tendría mucho interés aquí, aunque para mí lo tuvo. Y con mis impresiones sobre el libro a continuación ya doy una idea de su temática. Amante de la dureza de las situaciones que Shriver retrata y, al ser yo una de tres hermanos con posibilidades de “pelearnos” por una casa, salvando las distancias, me pareció interesante y lo disfruté mucho. Sigo pensando el trabajo que tendría para traducir los términos relativos a la arquitectura de la casa y muchos elementos de alrededor, o los términos del negocio de producción musical de uno de los hermanos. Pero lo que más me hizo darle vueltas a la cabeza es la frase, tan usual y expresiva y en inglés, perfectly good, porque obviamente el reto es trasladarla de forma que suene tan natural como en el original.

En su uso más común, la principal dificultad es que suene tan bien como en inglés cuando se refiere a un trozo de pan que guardas o incluso congelas porque está “pasable”, o “aprovechable” (que suena bastante peor, menos fino, que perfectly good), o “la mar de bueno”, que me recuerda a la madre de Almodóvar (como actriz) hablando del pisto que quiere congelar para cuando vuelva su hija (ella dice, literalmente “pues de maravilla”). Entonces, cuando pensaba en traducir las cosas que la madre, activista acérrima del ahorro doméstico, quiere guardar o congelar porque considera que aún están “la mar de buenas”, encontraba una traducción adecuada siempre según el contexto específico. Pero ninguna de ellas me parecía adecuada para caracterizar a la familia en el título. Obviamente no es “Una familia perfecta”, ni se podría usar algo como “Una familia pasable” o “aprovechable”. Quizás sí “la mar de buena”, o “en buen estado”.

Añado tras revisar: esta última, “en buen estado”, de hecho, sería demasiado formal e insustancial para las sobras que congelas, pero tendría bastante carga irónica para lo de la familia.

Solo tras mucho tiempo, quizás tiempo después de acabar de leer el libro, se me ocurrió una posibilidad que me gustó más que ninguna:

¿Qué tal la familia?

O ¿La familia, qué tal?

Incluso La familia, ¿bien? 



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*Finalmente fue Todo esto para qué.



 

EL DÍA QUE YA NO QUISE SER AUTÓNOMA...

  ...ni casi vivir.  Todo aquello que nunca habías querido leer y que, sin embargo, escribo.  No puedo más con la Agencia Tributaria y el s...